La primera respuesta y la más correcta es que depende totalmente de ti.
Si siempre has sido una persona activa y con mucho ejercicio seguramente podrás seguir haciéndolo sin problema y sólo adaptarte a lo que el cuerpo diga.
Si no eres muy activa, no significa que no debas moverte o ayudar a tu cuerpo a sacar todas las toxinas, pero lo más importante es que sepas que hacer ejercicio, aunque sea caminar, es una excelente opción.
Yo siempre he sido activa y me encanta bailar….si bien al principio no me sentía con ganas de bailar no dejé de moverme. Aprendí a hacer yoga y a moverme escuchando a mi cuerpo.
La verdad es que el cansancio del tratamiento y la montaña rusa emocional no me permitían motivarme a veces lo suficiente para ir a una clase o hacer cualquier otro tipo de ejercicio, hasta que me decidí a encontrar nuevas alternativas para la enfermedad.
Me encanta hablar de esto porque creo firmemente que este es el mejor camino para fortalecer el cuerpo y luchar contra el cáncer. Hace poco viendo un documental en Netflix que se llama “Heal” entendí mucho sobre el poder del cuerpo para sanarse a sí mismo. Pero la cosa no es tan fácil como parece, requiere mucho trabajo mental y emocional.
Seguramente te estás preguntando qué tiene que ver el ejercicio con todo esto. La realidad es que, al movernos, el cerebro arroja muchas sustancias químicas que evitan la depresión y nos mantienen en niveles de felicidad altos, las famosas endorfinas antes mencionadas.
Esto nos ayuda porque en este estado de energía y felicidad podemos trabajar nuestras emociones y visión de lo que podemos lograr cuando enfrentamos el cáncer, en pocas palabras nos motiva a vencer la enfermedad.
Entonces respondamos de nuevo a la pregunta…¿cuánto ejercicio hacer durante el cáncer? La respuesta obvia es “lo que tu cuerpo te permita” siempre y cuando eso no signifique dejar de moverte durante todo el tratamiento.
Si nos ponemos en el papel de los expertos podríamos decir que una persona con cáncer debe hacer 3 días a la semana ejercicios aeróbicos durante 30 minutos.
¿Puedes hacer más ejercicio?
De acuerdo con Alpa Patel, directora científica principal de investigación de epidemiología de la American Cancer Society, "no sabemos la dosis exacta y óptima de ejercicio necesaria para la prevención del cáncer. Pero sabemos por la evidencia hasta la fecha que cuanto más lo hagas mejor".
Entonces ¿por qué funciona el ejercicio?
Son muchos sus beneficios, desde reducir la inflamación, ayudar a regular el azúcar en la sangre y las hormonas sexuales, y mejorar el metabolismo y la función inmune.
Todo depende del tipo de cáncer, pero para el cáncer de mama, los beneficios del ejercicio realmente se deben al impacto en las hormonas sexuales.
Ahora bien, si estás en la etapa de post tratamiento o sólo buscas llevar un mejor estilo de vida, el ejercicio también puede afectar el desarrollo o el riesgo de cáncer al reducir la obesidad, un factor de riesgo para muchos tipos de cáncer.
Si no sabes por dónde empezar o cómo hacer ejercicio, me gustaría compartir contigo algunas de las actividades que puedes llevar acabo y que te traerán todos los beneficios durante ésta etapa de tu vida:
1. Aeróbicos
Este tipo de ejercicio es bueno para el corazón y va desde salir a correr, caminar o andar en bicicleta. Es bastate seguro si estás enfrentando el cáncer y te voy a dar un tip: No necesitas hacerlo durante 30 minutos seguidos. 3 veces al día durante 10 minutos te va a dar los mismos beneficios. Así que, si te sientes muy cansada, puedes mover tu cuerpo en intervalos.
2. Fuerza
Durante el tratamiento de cáncer, es normal que muchas de las células “sanas” también se vean afectadas, por lo que experimentamos efectos secundarios. Los ejercicios de fuerza son tan importantes porque reducen el dolor muscular.
Prepara a tu cuerpo desde el diagnóstico con este tipo de ejercicios para ganar y fortalecer los músculos y los huesos. El tratamiento de cáncer nos hace perder más densidad ósea en un año que a una mujer sana.
Hacer ejercicios con pesas pequeñas te ayudará a reducir estos efectos.
3. Equilibrio
Para algunas pacientes con cáncer, el tratamiento puede llegar a afectar su equilibrio. Si durante la quimioterapia tendemos a perder densidad ósea, imagina lo que una caída por falta de equilibrio les haría a nuestros huesos.
Algunos ejercicios que te recomiendo son tan simples, como caminar por un pasillo que sea muy pequeño (poner un pie delante del otro, como si caminaras por la cuerda floja) o levantar los talones (párate en tu lugar y levanta cada talón hacia arriba y hacia abajo).
4. Estiramientos
Si tu tratamiento incluye cirugía, es probable que este tipo de ejercicios te vayan a ayudar muchísimo. Después de una operación de cáncer de mama es probable que la zona se quede inflamada por algún tiempo, sientas dolor e incluso tengas linfedema.
Tranquila, sé por lo que estas pasando. Y en este video te comparto todo lo que tienes que saber para salir adelante.
Sin embargo, los ejercicios de estiramiento son buenísimos para desinflamar y evitar los dolores en la zona post cirugía.
Ahí lo tienes, no necesitas volverte un atleta olímpico para beneficiarte durante el ejercicio, sobre todo en un momento de tu vida en el cual tu cuerpo necesita más fuerza que nunca. Si tú ya llevas acabo una rutina de ejercicio nos encantaría saber qué haces, cómo te has sentido y de qué forma a impactado en tu proceso de cáncer.
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