Antes del cáncer vivía en el día a día, la mayoría de las veces sólo estaba improvisando. Me despertaba, tomaba un café, iba a la oficina, y mentalmente planeaba hacer un viaje al gimnasio después del trabajo, seguido de una hora feliz con amigos, o una cena saludable en mi casa. Tenía toda la ambición y las buenas intenciones, pero al final del día, sólo la mitad de lo que pensaba que se lograría sucede realmente. Algunos días eran mejores que otros, pero en general, no había mucha consistencia.
Cuando me diagnosticaron con cáncer, me di cuenta que tenía que cambiar todo por completo. Mi cáncer hizo que examinara más de cerca cómo pasaba mis días. Prometí que iba a usar mi tiempo de una forma que fuera buena para mí y para las personas que me rodeaban.
He aprendido a aceptar mis limitaciones. Pero primero tuve que guardar luto por las cosas que tenía que dejar: mis fuerzas, mi habilidad para hacer varias cosas a la vez, etc.
En un artículo escrito por el Oncology Times, sugirió que los pacientes que tenían cáncer pudieran crear su nueva normalidad temporal, para sobrellevar los cambios inesperados de manera saludable y con esperanza.
Cuando somos consistentes con nuestros horarios de sueño, comidas y ejercicios, podemos experimentar una mejora en el enfoque y la atención, la cognición y la energía, lo que nos permite enfrentar cada día y sus desafíos. Además, un ritmo y una rutina regulares ayudan a mantener nuestro sistema inmunológico fuerte, lo que no sólo nos protege de diversas exposiciones sino que también sirve para proteger nuestro sistema nervioso central y periférico. El simple hecho de tener un ritmo regular en tu vida puede traer beneficios para tu salud.
Con o sin cáncer el crear una rutina en tu vida te hará descubrir que tendrás tiempo y energía para ser espontáneo. Porque una rutina consistente te da el poder para controlar tu propio destino, es un área de la vida en la que vale la pena invertir tu tiempo y esfuerzo. En este artículo te comparto tips para que puedas cumplir cualquiera de tus propósitos.
1. Hacer que las intenciones sean específicas y posibles de cumplir:
Primero, tienes que asegurarte de que tus hábitos sean específicos y procesables. Por ejemplo, en lugar de una intención de "ganar músculo", podrías considerar, "practicar 30 minutos de entrenamiento de fuerza en el gimnasio a las 7 a.m. los lunes, miércoles y viernes".
La primera es sólo una intención; la segunda es una intención de implementación, que puede ser más fácil de mantener a largo plazo.
2. Practica el "apilamiento de hábitos" para crear rutinas sin esfuerzo:
El apilamiento de hábitos es una forma un poco más estratégica de determinar dónde y cuándo implementar un nuevo hábito. Es una variación de una intención de implementación, pero en lugar de usar un tiempo y un lugar como señal, "se vincula un nuevo comportamiento a una rutina ya establecida".
Por ejemplo, digamos que quieres empezar a meditar. Si tomas café o té todos los días, considera la posibilidad de hacer una breve meditación durante esos cinco minutos que tarda tu bebida matutina en prepararse. Curiosamente, yo empecé a hacer esto y ha sido increíblemente efectivo. Soy del tipo de persona que "nunca tiene tiempo para hacer ejercicio", pero también soy del tipo de persona que recalienta la misma taza de café al menos tres veces cada mañana. Así que por cada 30 segundos que recaliento, hago 10 sentadillas mientras espero. No es una rutina elegante, pero se pega (y mi trasero se ve bien).
3. Intenta con el "paquete de tentaciones" para que los nuevos hábitos sean más gratificantes:
El "empaquetamiento de tentaciones" es otra forma de aprovechar algo que ya haces regularmente para ayudar a crear una nueva rutina saludable.
Por ejemplo, si realmente quieres empezar a leer con más regularidad pero siempre pareces distraerte con Instagram o Netflix, comprométete a leer durante al menos 30 minutos todos los días directamente después de la cena (un apilamiento de hábitos) e inmediatamente después con 30 minutos de desplazamiento en los medios sociales o en tu programa favorito (paquete de tentaciones).
4. Deshaste de los viejos hábitos no deseados con los nuevos:
Resulta que el cerebro es muy resistente a romper viejos hábitos pero bueno para crear nuevos. Así que en vez de tratar de eliminar un hábito negativo de golpe, trata de desplazarlo con un nuevo hábito saludable.
Por ejemplo, en vez de intentar usar tu energía para dejar de comer papas fritas mientras trabajas, añade un refrigerio diferente (pero más saludable), salado y crujiente como los garbanzos asados. Con el tiempo, los viejos hábitos se desvanecen cuando los nuevos se convierten en el centro de atención.
Las rutinas requieren trabajo y esfuerzo. Cuando estaba en la escuela, mi rutina era diferente a la de ahora. Cuando era soltera, mi rutina era diferente a la de ahora. Y cuando no tenía hijos, mi rutina era diferente a la de ahora. Pero ha habido algunas cosas que esencialmente han permanecido estables en mi rutina a lo largo de los años. Esas cosas incluyen mis horas de sueño, de comida, mis opciones de comida y mis horas de ejercicio.
Ahora entiendo que una vida exitosa no es necesariamente la vida perfecta que me imaginé que tendría al envejecer. Más bien es una vida que se adapta a los golpes, a las circunstancias cambiantes y saca provecho del aquí y el ahora.