Cómo disfrutar de la intimidad cuando tienes cáncer de mama
- Valeria Benavides
- 30 ene 2018
- 3 Min. de lectura

Hace unos días, recibí un mensaje de una mujer con cáncer de mama y preocupada por retomar la actividad íntima con su marido. Me contaba que se sentía desgastada físicamente por el tratamiento, los efectos secundarios eran obvios y le daba pena que su marido la viera así además de que se sentía cero sexy y nada interesante.
Que importante es, cuando somos pacientes o sobrevivientes de cáncer de mama, recordar que seguimos siendo seres humanos y que cosas tan pequeñas como una caricia o una relación íntima con nuestra pareja también se ven afectadas por la enfermedad.
Sí, si pasa, se nos apaga el fuego interior. Primero porque estamos con miles de cosas en la cabeza y luego porque cuando pensamos ya en eso, nos sentimos mal, no se nos antoja y encima de todo tenemos cicatrices, nos duele el cuerpo, la herida, tenemos parte del cuerpo mutilado, estamos o flacas de más o gordas hinchadas y para acabarla de fregar, ¡no tenemos pelo!

Yo tuve la fortuna de compartir mi proceso con un hombre que fue pilar de amor y fuerza. Mi marido estuvo en cada momento, cuidándome y acompañándome, aguantando los desgastes y las crisis emocionales, pero tengo que admitir que fue un trabajo de ambos. Tuvimos que trabajar juntos para aceptar que los cambios en el cuerpo eran inevitables y muchos de ellos permanentes.
Aquí 3 consejos consejos para que te prepares para lo que viene con tu pareja:
La comunicación es clave y de gran importancia cuando se trata de tocar temas íntimos pues confesar las inseguridades físicas o nuestras preocupaciones no es fácil.
Ponerte en su lugar es también importante. Recuerda que es muy probable que tu pareja también tenga miedo de lastimarte y nos sabrá siempre cómo reaccionar. Te ve cansada y agobiada por estar viviendo con cáncer y no sabe siempre cómo ayudarte. Sé abierta y clara en lo que quieres y necesitas.
Habla con tu pareja sobre lo que sientes, busquen juntos soluciones a los problemas específicos que tengan y acércate a tus doctores para que te ayuden en caso de necesitar medicamentos o apoyo terapéutico.
Recuerda que, en este momento de la vida, se trata de no juzgarte ni exigirte de más, sino de ser abierta y arreglarte para sentirte bien tú.
Si tienes miedo de los cambios físicos como la pérdida de pelo o de los senos, habla con tu pareja sobre ellos, vean fotos y encuentren una forma en la que ambos se sientan cómodos aceptando lo que viene. Recuerdo que yo le pedí a mi esposo que me llevara a comprar mascadas para taparme la cabeza, me llevó al centro comercial sólo a eso y nos divertimos un rato buscando algunos y probando colores. También fantaseamos sobre pelucas de colores….que nunca me animé a probar.
Si ciertas áreas de tu cuerpo como los senos o el estómago eran zonas sensibles para ti, puede que el tratamiento te haya hecho perder esa sensibilidad, no te preocupes es normal y lo mejor que puedes hacer es darte la oportunidad de explorar y conocer otras áreas de tu cuerpo.
Ahora, si sentirte cómoda con tu cuerpo es muy difícil para ti, habla con tu pareja y vivan juntos experiencias nuevas, que los hagan sentir mucho más unidos y que les permitan conocerse a otros niveles. No tiene nada de malo buscar un poco de ayuda en cierta ropa o ir a lugares poco comunes para divertirse. Es momento de reinventarse y esta parte dela vida es tan importante como tu salud.
Es probable que experimentes síntomas parecidos a la menopausia derivados del tratamiento: resequedad vaginal, dolor, cansancio y náuseas. Es normal y hay formas de solucionarlo; desde lubricantes hasta ejercicios para fortalecer las zonas íntimas.
Los tratamientos de cáncer de mama pueden tener efectos sobre tu libido u otras reacciones naturales del cuerpo, estos efectos pueden permanecer incluso después de terminar el tratamiento por lo que estar atenta y ser abierta sobre el tema es muy importante.

Jamás me imagine estar hablando de estos temas, pero hoy me doy cuenta de lo importante que es, como mujeres con cáncer de mama, atrevernos a hablar de nuestra sexualidad y de lo que queremos y no queremos ahora que nos enfrentamos a este difícil proceso.
Lo más importante es recordar que esta es una oportunidad para empezar a conocerte más, que no necesitas hacer las cosas por obligación y que se vale decir no cuando no te sientes cómoda y sí cuando estás lista para probar cosas nuevas.
Verás que con el tiempo no sólo agradecerás el conocerte mejor, también descubrirás cosas que antes no disfrutabas y ahora forman parte de la rutina íntima.
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